
Introducción
La desigualdad salarial entre mujeres y hombres es una situación que siempre ha existido, no obstante, este asunto ha ido mejorando ya que las mujeres tienen mayor participación en todo tipo de empleo los cuales no solo son los de carácter informal o doméstico. Tradicionalmente los roles y trabajos que desempeñaban las mujeres eran bastante limitantes, y las profesiones que mayormente proliferaban entre las mujeres en los pasados tiempos eran de carácter de facilitadora, ya sea en el ámbito de oficina (secretarial) o trabajo doméstico (cuidar, cocinar y limpiar). Características de trabajo como las antes mencionadas eran las que estimulaban las desigualdades salariales. Estos estereotipos de género alejaban a las mujeres de las ocupaciones tradicionalmente dominadas por los hombres y las marginaban hacia el trabajo de cuidados, el cual no se encuentra muy bien remunerado. En países desarrollados, como en Puerto Rico, esto ha ido cambiado ya que las mujeres participan y/o se desempeñan prácticamente en las mismas ocupaciones que los hombres.
Aunque en la actualidad existen leyes que fomentan y apoyan la igualdad ocupacional de género, todavía tenemos una desigualdad salarial entre hombres y mujeres que trabajan en los mismos ámbitos. Esta brecha salarial existe por muchas razones, una de las primarias está basada en pensamientos discriminatorios obsoletos donde penalizan a las mujeres por ser madres jefas de familia y/o por el número de hijos que tienen a su cuidado. Es curioso que la justificación de salarios menores hacia las mujeres en la mayoría de los casos se puede relacionar con decisiones personales de los patronos a la hora de contratar para una posición y/o de brindar una promoción. Estas justificaciones retrogradas en el ámbito laboral a las que se enfrentan las mujeres aún hoy en día, no están tomando en consideración la ilegalidad de una compensación desigual. La perpetuación de conductas como estas son una injusticia flagrante la cual somete a millones de mujeres y familias a una vida de pobreza fuertemente arraigada en desigualdad de oportunidades.
Dicho esto, y como parte de medidas para reformar la brecha salarial existente entre géneros, en Puerto Rico se han implementado varias leyes salariales, como la Ley de Igualdad Salarial o “Equal Pay Act” del 1963 de Estados Unidos, y Ley de Igualdad Salarial de Puerto Rico, Ley Núm. 16 de 8 de marzo de 2017, que estipula el principio de igual paga por igual trabajo, independiente del género de la persona. Estas leyes han ido acortando la brecha salarial entre la mujer y el hombre, y por primera vez, en esta década, la brecha en la mediana salarial por género en Puerto Rico es de cero.
El propósito de este artículo investigativo es ilustrar como la brecha salarial entre mujeres y hombres en Puerto Rico se ha ido cerrando y equiparado estos últimos años. Según el Censo de los Estados Unidos (ACS 2022), la brecha en la mediana de salarios entre géneros en Puerto Rico reflejó que la diferencia era sin consecuencia estadística, o con una diferencia menor a los $650 en el salario anual entre ambos géneros. Esta paridad salarial entre géneros que experimentamos hoy en día es histórica, ya que Puerto Rico es el único Estado o Territorio de los Estados Unidos con una “paridad” en el salario mediano entre ambos géneros. Este articulo expone los factores que han contribuido a esta “paridad” salarial entre géneros y como se percibe en el futuro. Aunque en la totalidad salarial entre hombres y mujeres en Puerto Rico exista “paridad”, se tiene que considerar que todavía hay una brecha salarial en empleos profesionales con igualdad de condiciones – lo cual indica que Puerto Rico aún tiene que continuar realizando los ajustes necesarios para lograr más la reducción o erradicación de esta.
Sección 1. Trasfondo de la Mediana Salarial por Género
En los últimos años la brecha salarial de género en los Estados Unidos se ha reducido, pero las disparidades salariales aún persisten. Según los datos del año 2022 de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS, sus siglas en inglés) la mediana salarial nacional de los Estados Unidos (EE. UU.) de personas que trabajaron a tiempo completo durante todo el año en los últimos 12 meses fue de $62,344 para los hombres y de $51,275 para las mujeres. Según estos datos existe una diferencia promedio nacional entre el pago que recibe una mujer de $11,069 al año, o de 82 centavos por cada dólar que se le paga a un hombre. Esta disparidad es más pronunciada o de menor escala por cada estado o territorio de los EE. UU.
Podemos ver estos datos reflejados en una nueva herramienta de visualización del Censo (ACS) donde muestra la brecha salarial por género a nivel estatal. Esta visualización de datos destaca que los lugares con una brecha salarial superior a $15,000 incluyeron los estados de Wyoming, Utah, y el Distrito de Columbia, mientras que Puerto Rico es el único Territorio u Estado con una brecha salarial no significativa; de hecho, esto muestra que la mujer recibe más ingresos ($651) que el hombre en la mediana salarial anual. Otros estados con menor brecha de mediana salarial entre géneros son los de Vermont ($4,600), Nevada ($6,013), y California ($7,162). Para más información sobre las diferencias salariales por estado pueden visitar la página web del Censo que se encuentra en la fuente del mapa a continuación.

Existen un sin número de factores que pueden contribuir a las diferencias de ingresos entre mujeres y hombres, entre estos se encuentran: la disponibilidad, edad, experiencia, profesión, y la educación. Son los tipos de empleos que ocupan las mujeres a diferencia de los hombres lo que mayormente responsabiliza una brecha salarial, ya que la remuneración de ingresos es diferente entre ocupaciones. A continuación, ilustramos como se detallan los factores que han contribuido a la “paridad” salarial total de ingresos entre géneros en Puerto Rico.
Sección 2. Factores Contribuyentes a la Paridad Salarial

Como anteriormente establecido, existen varios factores que contribuyen a la paridad salarial entre géneros, algunos de estos son: la educación, la edad, la experiencia, y profesión. Estos factores se han visto más presente desde la década del 2010. Al observar la data salarial histórica entre géneros del Censo podemos notar que por los pasados 8 años la diferencia entre la mediana salarial de mujeres y hombres en Puerto Rico es de $1,000 o menos al año. Esta situación no es igual para la media (promedio) salarial entre mujeres y hombres, lo cual sugiere una brecha salarial de entre $3,500 y $6,000 por salario al año. Esta diferencia entre la media y la mediana sugiere que existen unos salarios altos extraordinarios (“outliers”) entre los hombres que distorsionan la media. Es por esto, que en la evaluación de salarios es mejor considerar la mediana, ya que divide la secuencia ordenada de observaciones en dos partes iguales y elimina la posibilidad que valores extraordinarios distorsionen los resultados. Estas diferencias entre la media y la mediana sugieren que las mujeres tienen una mayor frecuencia de empleos con mayor paga, versus los hombres que la distribución salarial es más segmentada, con salarios extraordinarios más altos.
Otras de las estadísticas que demuestran el progreso salarial de las mujeres son el crecimiento de la tasa de participación laboral y la baja tasa del desempleo. En los pasados 8 años la tasa de desempleo de mujeres ha sido más baja que la tasa general de desempleo, y por ende la de los hombres. Para el 2022, de las mujeres en el ámbito laboral buscando empleo solo el 4.4% no poseían empleo.
En cuanto a la participación laboral, en los últimos 8 años el segmento de mujeres ha crecido 2.7 puntos porcentuales, lo cual es mayor que el crecimiento del segmento de los hombres de 1.5 puntos porcentuales. La mayor disponibilidad de mujeres en el segmento laboral de Puerto Rico ha ayudado con el aumento en la mediana salarial de las mujeres. Aunque la participación laboral total de mujeres en Puerto Rico (42%) se encuentre por debajo de los promedios de Estados Unidos (56%), Latinoamérica (51%) y el Mundo (48%), la diferencia es mucho menor que la diferencia entre la participación laboral de hombres en Puerto Rico versus el mundo (73% mundo versus 52% de hombres en Puerto Rico, mujeres 6 puntos de diferencia versus 21 para los hombres). Lasa tasa de participación laboral de mujeres en Puerto Rico está más cerca a estar conforme con los promedios globales y de los EE. UU.

La educación es otro factor importante que influye en el salario pagado a las mujeres. Según los datos censales (ACS) para el año 2022 el 34% de las mujeres en Puerto Rico contaba con un Bachillerato o más de educación. La diferencia en educación universitaria entre hombres y mujeres es del 9%, que se ve reducida al 5% si se considera escuela superior o más. Mayor educación redunda en profesiones de mayor remuneración económica, lo que coincide con la mayor frecuencia en la mediana de salarios para mujeres, estipulada previamente.
La variable y factor de mayor influencia en la mediana salarial de las mujeres en Puerto Rico es la ocupación promedio. Según los datos del Censo (ACS) del 2022, el 73% de las ocupaciones de las mujeres se encontraban en trabajos de oficina, ventas, negocios, posiciones gerenciales, ciencia y artes. Este porcentaje es alto (en comparación con el 44% de hombres para los dos segmentos) y concentrado en un segmento con altos salarios medianos. Esta alta concentración de mujeres en ocupaciones de oficina explica la alta frecuencia de mayores ingresos y la equiparación de la mediana de salarios de hombres en Puerto Rico. Ocupaciones por genero claramente segmenta a hombres y a mujeres, donde solamente el 1% de las mujeres está en el segmento de construcción y mantenimiento. Aunque la segmentación ocupacional sea la variable más responsable de la brecha salarial entre mujeres y hombres, esta nos brinda una esperanza real de que Puerto Rico va por buen camino ya que es el único territorio en los Estados Unidos con el factor de igualdad salarial mediana, y da paso a que surja la verdadera igualdad salarial entre los géneros que trabajen en la misma profesión.
Sección 3. Hallazgos y Conclusión
La brecha salarial entre las mujeres y los hombres en Puerto Rico todavía sigue siendo un tema latente y el concepto de igual paga por igual trabajo todavía no es reforzado en muchas compañías; las cuales continúan aplicando procesos administrativos obsoletos los cuales no toman en consideración los mejores intereses muchas veces hasta de la propia empresa. Esto sí, debido a la alta frecuencia de mujeres en trabajos de mejor remuneración económica la brecha salarial mediana total entre géneros en Puerto Rico ya no existe. Este factor es histórico ya que Puerto Rico es el único Territorio o Estado de los Estados Unidos donde “no” existe esta brecha salarial mediana entre hombres y mujeres.
Por lo tanto, luego de nuestra investigación y análisis, podemos resaltar que los hallazgos claves de este artículo son:
Según datos del año 2022 de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS, sus siglas en inglés) la mediana salarial para las mujeres en Puerto Rico fue de $26,379, que son $651 más que el salario mediano del hombre. Puerto Rico es el único Territorio u Estado sin brecha salarial significativa.
No existe diferencia significativa entre la mediana salarial de hombres y mujeres en Puerto Rico, pero si entre la media (promedio) salarial. Diferencias entre la media y la mediana surgen debido a que las mujeres tienden a tener una mayor frecuencia de empleos con mayor paga, versus los hombres que la distribución es más segmentada, con salarios extraordinarios altos.
En los pasados 8 años la tasa de desempleo de mujeres ha sido más baja que la tasa general de desempleo, y por ende la de los hombres.
En los últimos 8 años la tasa de participación laboral de mujeres ha crecido de 2.7 puntos porcentuales, a 42.2%, lo cual es mayor que el crecimiento del segmento de los hombres de 1.5 puntos porcentuales, a 51.6%.
Para el año 2022 el 34% de las mujeres en Puerto Rico contaba con un Bachillerato o más de educación. La diferencia en educación universitaria entre hombres y mujeres es del 9%, que se ve reducida al 5% si se considera escuela superior o más de educación.
Para el año 2022 el 73% de las ocupaciones de mujeres se encontraban en ocupaciones de oficina, ventas, de negocios, gerenciales, ciencia y artes. Este porcentaje es alto (en comparación con el 44% de hombres para los dos segmentos) y concentrado en un segmento con altos salarios.
La desigualdad salarial de la mujer es un tema que acarrea innumerables factores extraordinarios en sí mismo, muchas veces como jefa de familia, madre, cuidadora entre otras tareas iguales de importantes que un empleo pago. Su desempeño de estas tareas adicionales las cuales no son reconocidas y/o remuneradas económicamente, pero si esenciales para la sostenibilidad saludable de la familia como institución las coloca en posiciones desventajadas y muchas veces discriminatorias. A través de la historia las mujeres han demostrado ser un pilar poderoso, llenas de impulso a la hora de su participación en la lucha por derechos, reconocimientos y en los negocios; éstas poseen una amalgama de características únicas que las hacen sobresalir en las ocupaciones que desempeñan.
En conclusión, todavía hay mucho trabajo por hacer para continuar cerrando aún más la brecha salarial entre géneros en Puerto Rico, no obstante, esta igualdad de la mediana salarial entre hombres y mujeres significa que el poder adquisitivo entre los géneros es prácticamente el mismo, lo que es bastante significativo si se compara con los Estados Unidos y hasta con el resto del mundo. Podríamos decir que Puerto Rico está siendo un país líder e innovador el cual está correctamente encaminado en erradicar la brecha salarial e impulsando la igualdad laboral de la mujer. Cabe señalar que debemos reconocer que Puerto Rico es uno de los países con más mujeres en posiciones de liderato activo y que continúan avanzando en todas las áreas laborales.
Por lo tanto, al este tema ser uno que nos afecta a todos de una manera u otra como sociedad debemos implementar buenas prácticas a la hora de contratar y hacer hincapié en la capacidad que se posee para la plaza, la habilidad de cumplimiento y la competencia para desenvolverse ante el reto que le es presentado. Nos toca a todos el conducirnos de una manera profesional y responsable cada vez que se nos presente el reto de contratación y alzar la voz cuando tengamos conocimiento de que no se estén cumpliendo con las leyes de igualdad laboral. Es por esto que, con miras a un futuro más sustentable e inclusivo, debemos de pensar más en salarios basados en los méritos y experiencia de una persona, y no en el género. Es de esta manera, como único podemos brindar visibilidad a una situación que sucede tanto en el ámbito local, como el global y nos afecta a todos por igual.
Divulgación
Los puntos de vista en este artículo son opiniones de los autores y de HI Project Consultants, LLC. Las opiniones no deben interpretarse como un reflejo de los puntos de vista de ninguna otra empresa afiliada. Todo dato utilizado en este artículo es información pública y publicada a la que se hace referencia en cada tabla y/o gráfico.
Sobre los Autores

Héctor Rivera, MBA, PMP, ChE, es un asesor económico con más de 20 años de experiencia en los campos de economía, finanzas y fondos federales. Héctor ha sido parte de firmas financieras "Fortune 500" en la ciudad de Nueva York, firmas de consultoría líderes en Puerto Rico y roles de liderazgo en agencias gubernamentales en Puerto Rico como COR3 y FOMB. En la actualidad, es director y cofundador de HI Project Consultants, LLC.

Ingrid Velázquez, MPM, DI, PMI, es una gerente de proyectos con más de 20 años de experiencia en los campos de gerencia de proyectos, diseño y fondos federales. Ingrid ha sido parte de firmas de Ingeniería y Construcción en Puerto Rico donde ha gerenciado innumerables proyectos de construcción privados, públicos, y subvencionados federales. En la actualidad es directora y cofundadora de HI Project Consultants, LLC.
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